Cuando suscribimos un documento, contrato o letra de cambio que menciona tasas de interés, es esencial distinguir entre la tasa nominal y la tasa efectiva anual (TEA). Si no se especifica el tipo de tasa a emplear, se asume que se trata de la tasa efectiva. En cambio, si se indica que es una tasa nominal, es necesario convertirla a TEA para obtener una medida real del costo del dinero.